Los días de verano pueden ser realmente un regalo. Cada estación tiene su propia belleza y bendiciones, pero el verano, más que otras épocas del año, tiene la tendencia a traer los momentos de relajación que suponen un paso al lado del ajetreado ritmo de vida. Ya sea sentado a la sombra, disfrutando de un lago en calma, hipnotizado por un cielo nocturno lleno de relámpagos de una tormenta lejana o disfrutando de una brisa fresca después de un día sofocante, los momentos de calma del verano pueden ser tan especiales porque son tan poco exigentes. Como solía decir un amigo mío sobre las tardes de verano: "A veces me siento y pienso y otras simplemente me siento". El verano también puede ser una época en la que las familias se reúnen para pasar unas vacaciones o unas estancias. Si nos permitimos apagar la tele, dejar el iPhone y desconectar los videojuegos, pueden ser momentos invaluables para ponernos al día unos con otros, reforzar los lazos familiares y crear recuerdos para toda la vida, especialmente para los más jóvenes. Hablando de recuerdos, permítanme hacerles una sugerencia para que este verano sea muy especial. Las historias familiares suelen compartirse cuando las familias se reúnen. Tal vez ésta pueda ser una ocasión para grabar los recuerdos de la persona de más edad de la familia. Reúna a la familia y pida a sus miembros que pregunten al mayor sobre su infancia. Haz preguntas como ¿Cómo eran sus padres y abuelos? ¿Dónde vivías de niño? ¿A qué iglesia iba? ¿Cuál fue tu primer trabajo? ¿Qué fue lo más emocionante que te ocurrió? ¿Cuál es tu recuerdo favorito? ¿Cómo conoció a su cónyuge? ¿Qué fue lo primero que pensó de esa persona? Deja que la persona hable. Últimamente he estado haciendo esto con algunos de nuestros sacerdotes y religiosas jubilados. He grabado un vídeo en el que hablan de sus vidas: Preguntas como: ¿Dónde creciste? ¿Cómo era tu vida familiar? ¿Por qué te hiciste sacerdote o religiosa? ¿Cuál fue tu primer destino como sacerdote o religiosa? ¿Cómo fue servir durante el Concilio Vaticano II? ¿Cómo cree que ha cambiado la Iglesia en su vida? ¿Quién ha sido el sacerdote más pintoresco que ha conocido y por qué? Las conversaciones con estos sacerdotes y hermanas jubilados han sido excepcionalmente amenas e interesantes. He guardado estos vídeos en los archivos de la archidiócesis para que los puedan ver las generaciones futuras. Estos buenos sacerdotes y hermanas contaron historias que nunca figurarán en la historia oficial de la archidiócesis (y quizá con razón), pero son interesantes, entretenidas e importantes de recordar. Lo mismo puede decirse de la grabación de un anciano de la familia: preserva la historia familiar. Hay una vieja expresión: "Cuando muere un anciano, arde una biblioteca". Tras la muerte de un pariente anciano, a menudo he oído a personas comentar que lamentaban no haber preguntado más a esa persona sobre sí mismos y sus años de juventud. Ahora toda esa memoria se ha perdido. Es como si la biblioteca con volúmenes de historia familiar se quemara. Si alguien está buscando algo valioso, interesante y entretenido que hacer este verano, considere la posibilidad de instalar una cámara de vídeo y mantener una conversación con un pariente anciano. Conserve el vídeo. Lo disfrutará y también lo harán los miembros de la familia que aún no han nacido.