¡Feliz Año Nuevo! Espero que la celebración del nacimiento de Nuestro Señor haya sido una ocasión de alegría para usted y los suyos. A mucha gente le gusta hacer propósitos de Año Nuevo. Yo no soy una de ellas. Una resolución cuando se hace como una Resolución de Año Nuevo parece ser un compromiso "para siempre". Tal vez me propongo hacer ejercicio tres veces por semana, o dejar de comer comida basura. Sea cual sea el propósito, me parece que se convierte en un compromiso permanente. Me resulta difícil cumplirlo. Puedo renunciar a los Doritos durante una semana o incluso un mes, pero es demasiado triste aceptar la idea de renunciar a ellos para siempre. Cuando me asalta la tentación y me planteo romper mi propósito, me doy cuenta de que la finalidad de mi propósito juega en mi contra. Me resulta mucho más agradable hacer un propósito para un periodo de tiempo determinado. Entonces, cuando siento la tentación de romper mi propósito, puedo consolarme recordándome a mí misma que mi propósito sólo me afectará durante "un poco más de tiempo". Esto me ayuda a superarlo, frente a la idea de renunciar a algo bueno para siempre. Por eso me encanta la Cuaresma. Soy tan débil que me resulta difícil hacer propósitos permanentes, pero puedo hacer promesas para los 40 días de Cuaresma. Creo que esta es la razón por la que Dios, en su infinita sabiduría, nos ha dado un período de tiempo particular para nuestras observancias cuaresmales. Lo veremos la próxima vez, pero por ahora quiero centrarme en lo que la Cuaresma puede hacer. Conozco a personas que van a misa todos los días, o prácticamente todos los días. La gran mayoría de ellos desarrollaron el hábito resolviendo ir a misa diaria durante la Cuaresma. Cuando terminó la Cuaresma, continuaron asistiendo a Misa todos los días porque habían adquirido el hábito y les resultaba una experiencia enriquecedora. La próxima vez veremos las tres áreas en las que la Iglesia nos pide que nos centremos durante la Cuaresma, pero tenga en cuenta que mientras reflexionas sobre las disciplinas cuaresmales, éstas pueden ser prácticas que se conviertan en comportamientos habituales.
- Pat Arensberg es el Director de la Oficina de Evangelización y Vida Familiar. Envíele un correo electrónico a [email protected] en mobilefaithformation.org