¿Alguna vez ha programado un tiempo o ha puesto una alarma para rezar? ¿Cómo encaja la oración en la fórmula tiempo + talento + tesoro = mayordomía? ¿Ser voluntario o servir en un ministerio se considera administración de nuestro tiempo? No, en realidad, ser voluntario y servir en el ministerio es ser un buen administrador de nuestros talentos. Sin embargo, el tiempo en la fórmula de la mayordomía se refiere al tiempo en la oración. La fórmula de la corresponsabilidad podría decirse simplemente: orar + servir + dar = corresponsabilidad. Santa Teresa de Calcuta dijo: "Si te enfrentas a Dios en oración y silencio, Dios te hablará". La vida es agitada y con demasiada frecuencia no reservamos tiempo para la oración. A menudo llamamos a nuestros mejores amigos y seres queridos para pedirles consejo o simplemente para escuchar su voz. Lo más importante que deberíamos hacer cada día es mantener una conversación con nuestro Padre Celestial. Cultivar nuestra relación con Dios es el primer paso para vivir una vida de mayordomía. Al cultivar nuestra relación con Dios, podemos tener una clara comprensión de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Esto nos lo recuerdan las Escrituras. "Alegraos siempre. Orad sin cesar. Dad gracias en toda circunstancia, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús". (I Tesalonicenses 5:16-18). Una forma de comenzar una rutina de oración personal es programar a Dios en nuestro día ocupado. Si tenemos una reunión con un cliente, una cita con el médico o una cena con amigos, lo añadimos a nuestro calendario. Incluso podemos poner una alarma o un recordatorio para llegar a tiempo. ¿Por qué no programar una cita diaria con Dios? Nuestros días están muy ocupados, pero afortunadamente Dios siempre tiene tiempo para nosotros y se alegra de cada minuto que compartimos con Él. Estamos llamados a hacer de la oración una prioridad. ¿Tienes tiempo para rezar un Rosario en tu viaje matutino? Si eres una persona madrugadora, pon el despertador cinco o diez minutos antes cada mañana para empezar el día con un tiempo de silencio para la oración. Tenemos muchas oportunidades para profundizar en nuestra relación con Dios. Además de la Misa y los sacramentos, que nos ayudan a acercarnos a Dios, tenemos el Rosario, la Adoración Eucarística, los estudios bíblicos, los retiros y la meditación en silencio. Recuerda que la oración es la base para llegar a ser el administrador que Dios quiere que seamos en todos los ámbitos de nuestra vida. "No se inquieten en absoluto, sino que, en todo con oración y petición, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios". (Filipenses 4:6). - Shannon Roh es la Directora Ejecutiva de la Oficina de Desarrollo y Mayordomía de la Arquidiócesis de Mobile.