Por DIÁCONO HECTOR DONASTORG Para La Semana Catolica Alo largo del año pasado, un año marcado por la pandemia del COVID-19, la comunidad hispana de la Arquidiócesis de Mobile ha sido tocada profundamente. Las necesidades y los retos en nuestras comunidades han sido grandes; padres han perdido sus empleos y la manera de sustentar a sus familias, muchos hemos perdido seres queridos, tanto en Estados Unidos como en nuestros países de origen.
Pero nuestra confianza en Dios, la solidaridad y los lazos de hermandad que nos unen, nos han ayudado a atravesar los momentos difíciles que hemos pasado y nos dan la esperanza de que unidos en Cristo podemos sobrepasar lo que el futuro nos depare.
En estos momentos tan difíciles, el amor de Dios se ha manifestado a través de su pueblo. La iglesia ha sido el refugio al cual acudimos, física o virtualmente, para buscar consuelo y apoyo material y espiritual. Durante los primeros meses de la pandemia, las oficinas de Servicios Sociales Católicos en Mobile, Montgomery y Dothan salieron al encuentro de los hispanos de la comunidad para ayudarlos a solventar muchas de sus necesidades. Los párrocos de las parroquias donde se ofrecen Misas en Español, asistidos por las coordinadoras de ministerio Hispano, tendieron y siguen tendiendo la mano para asistir espiritualmente y físicamente a los a que de una forma u otra han sido afectados por la pandemia.
En este año que comienza, año de la Eucaristía y la Parroquia, año en que nuestro Arzobispo Thomas Rodi nos invita a enfocarnos en el regalo que Dios nos ha dado en la Eucaristía y en nuestro llamado a ser la familia de Dios, pidamos al Señor que prontamente podamos regresar a la iglesia, a nuestro hogar, para encontrarnos con El, para juntos acudir como familia de Dios al banquete de la Eucaristía.
###
Throughout the past year, a year marked by the COVID-19 pandemic, the Hispanic community of the Archdiocese of Mobile has been deeply touched. The needs and challenges in our communities have been great — parents have lost their jobs and the means to support their families, and many of us have also lost loved ones, both in the United States and in our countries of origin.
But our trust in God, as well as the solidarity and bonds of brotherhood that unite us, have helped us through the difficult times and give us hope that united in Christ we can overcome what the future might hold.
During these difficult times, God's love has manifested itself through His people. The church has been the refuge to which we turn, physically or virtually, to seek consolation and material and spiritual support. During the first months of the pandemic, the Catholic Social Services offices in Mobile, Montgomery and Dothan reached out to Hispanics in the community to help them meet many of their needs. The priests of parishes where Masses are offered in Spanish, assisted by the Hispanic ministry coordinators, reached out and continue to reach out to assist spiritually and physically those who in one way or another have been affected by the pandemic.
In this new year, the year of the Eucharist and the Parish, in which our Archbishop Thomas J. Rodi invites us to focus on the gift that God has given us in the Eucharist and on our call to be the family of God, we ask the Lord that we may soon return to church, our spiritual home, to meet Him and to partake as the family of God in the Eucharistic banquet.
— Deacon Hector J. Donastorg, is the Director of Hispanic Ministry for the Archdiocese of Mobile. He may be emailed at [email protected]