La temporada de adviento recién comienza, el aire frio que acompaña a esta temporada se empieza a sentir. La anticipación del año que se aproxima, con las intenciones, resoluciones y proyectos, y la esperanza de un año mejor, un año donde podamos recobrar parte de la normalidad que perdimos en el 2020, se sienten en el aire que respiramos a través de nuestras mascarillas. Pero es tal vez más importante que nunca mantener nuestra anticipación enfocada en el significado real de esta temporada; es importante mantener nuestra vista fija en María y José y caminar con ellos hacia Belén durante este mes. Acompañarlos en su búsqueda de posada, y seguirlos hasta el pesebre, para ser testigos del nacimiento del Jesús.
De eso se trata Adviento, de preparar el camino del Señor, hacer las resoluciones y cambios en nuestra vida espiritual para recibir al Rey del universo con un corazón abierto; de hacer resoluciones duraderas que solo pueden perseverar si seguimos a Cristo, desde el pesebre hasta el calvario; resoluciones que solo hacen sentido si mantenemos nuestra vista enfocada en la vida eterna junto a Él.