El 21 de enero se celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, quien es venerada como madre y protectora de la República Dominicana. El nombre Altagracia tiene sus orígenes en el primer capítulo del evangelio según San Lucas, cuando el ángel Gabriel le dijo a Maria “llena eres de gracia, el Señor está contigo”; y es que ser la madre de Dios es realmente la mayor gracia que haya sido otorgada a mortal alguno.
La tradición de venerar a la virgen Maria, bajo el título de Nuestra Señora de la Altagracia, se remonta a principios del siglo XVI, cuando los hermanos Trejo llevaron desde España la imagen de la virgen de la Altagracia a la ciudad de Higüey, en la colonia española de Santo Domingo.
Muchas peticiones han sido otorgadas y milagros realizados a través de la intercesión de Nuestra Señora de la Altagracia. Entre ellas se encuentra la victoria de las tropas dominico-españolas sobre las fuerzas invasoras francesas en la batalla de la Sabana Real de la Limonade. En la víspera de este combate del 21 de enero de 1691, los combatientes hispanos invocaron la intercesión de la virgen de la Altagracia para que los guiara hacia la victoria. El triunfo de las huestes dominico-españolas sobre los ocupantes franceses inicio la tradición de venerar a la virgen de la Altagracia el 21 de enero de cada año.
Si observamos detenidamente la imagen de la virgen notaremos que la virgen lleva los colores de la bandera dominicana, donde el color rojo representa su humanidad cubierta por la divinidad del manto azul; mientras que el color blanco representa la pureza e inocencia de nuestra santa madre. También nos damos cuenta de la mirada amorosa con la que humildemente San José observa a la virgen y a Jesús. Las manos de la virgen se encuentran en posición de oración y reverencia, mirando y adorando a Jesús en el pesebre, desde el cual emana toda la luz que ilumina esta obra de arte.
El mensaje de la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia para todos nosotros es que siempre estemos dispuestos a decir si a la voluntad de Dios, sin importar las consecuencias; que revistamos nuestra humanidad con la divinidad que solo podemos recibir de su hijo Jesús a través de la participación en los sacramentos; y que nos esforcemos por imitar el ejemplo de San José, padre y esposo trabajador, fiel y temeroso de Dios.
Feliz y bendecido año 2020, y que Nuestra Señora de la Altagracia los cubra con su manto.
On Jan. 21, the feast of Our Lady of Altagracia, who is venerated as mother and protector of the Dominican Republic, is observed. The name Altagracia has its origins in the first chapter of the Gospel according to St. Luke, when the angel Gabriel told Mary “Hail, favored one, the Lord is with you”; for being the mother of God is the greatest grace that has been granted to any mortal.
The tradition of venerating the Virgin Mary, under the title of Our Lady of Altagracia, dates back to the early 16th century, when the Trejo brothers brought from Spain the image of the Virgin of Altagracia to the city of Higüey, in the Spanish colony of Santo Domingo.
Many requests have been granted and miracles performed through the intercession of Our Lady of Altagracia. Among them is the victory of the Dominican-Spanish troops over the French invading forces in the battle of the Sabana Real de la Limonade. On the eve of this fight on Jan. 21, 1691, Hispanic fighters invoked the intercession of the Virgin of Altagracia to lead them to victory. The triumph of the Dominican-Spanish soldiers over the French occupiers began the tradition of venerating the Virgin of Altagracia on Jan. 21.
If we look closely at the image of the virgin we will notice that the virgin bears the colors of the Dominican flag, where the red color represents her humanity covered by the divinity of the blue mantle; while the white color represents the purity and innocence of our holy mother. We also realize the loving expression with which St. Joseph humbly looks at the virgin and Jesus. The virgin’s hands are in a position of prayer and reverence, watching and worshiping Jesus in the manger, from whom springs all the light that illuminates this work of art.
The message of the image of Our Lady of Altagracia to all of us is to always be willing to say yes to the will of God, regardless of the consequences; to cover our humanity with the divinity that we can only receive from His son Jesus through participation in the sacraments; and to strive in imitating the example of St. Joseph, a hardworking father and husband, faithful and fearful of God.
Happy and blessed 2020, and may Our Lady of Altagracia cover you and your family with her immaculate mantle.
— Deacon Hector J. Donastorg, is the Director of Hispanic Ministry for the Archdiocese of Mobile. He may be emailed at [email protected]