El catorce de febrero celebramos el día de San Valentín, quien, según la tradición, fue un sacerdote que vivió en Roma durante el siglo III. Nos dice la leyenda que San Valentín fue encarcelado y ejecutado por dar el sacramento del matrimonio a parejas cristianas y por ayudar a los cristianos que eran perseguidos por el emperador Claudio.
En la actualidad celebramos el día de San Valentín, o día de los enamorados, enviando flores, tarjetas y regalos a nuestros seres amados, o tal vez salimos a pasear o a cenar con nuestra pareja. Todo esto es bueno y recomendable, ¿pero que hacemos el resto del año? ¿Cómo demostramos amor el resto del tiempo?
Para contestar estas preguntas debemos tener primero una noción clara de lo que es y de lo que no es el amor. En su primera carta a los Corintios San Pablo nos aclara la definición del amor cuando nos dice que “el amor es paciente y muestra comprensión”. San Pablo también señala que el amor no tiene celos, no busca su propio interés, no se alegra de lo injusto y olvida lo malo. Por último nos recuerda que el amor todo lo cree y todo lo espera.
Jesús mismo nos comanda a amarnos unos a otros como Él nos ha amado, y nos recuerda que no hay amor más grande que dar la vida por nuestros amigos.
Entonces, la clave para demostrar nuestro amor hacia nuestros seres queridos, amigos e incluso desconocidos (amigos por conocer) es dar diariamente la vida por ellos. De alguna manera podemos decir que la vida está representada por la cantidad de tiempo que pasamos en la tierra, por el número de años que vivimos; así que cuando pacientemente dedicamos parte de nuestro tiempo a otros de manera desinteresada estamos amando de la manera que San Pablo describe y que el mismo Jesús nos manda.
En nuestra Arquidiócesis somos bendecidos con voluntarios que desde hace cinco años han dado de su tiempo para preparar a parejas hispanas que desean contraer el sacramento del matrimonio a través del retiro de preparación matrimonial “Camino del Matrimonio”. Estos voluntarios o “Valentines” modernos son un modelo del amor de Dios aplicado a una realidad concreta.
Recordemos las letras del himno dominical que dice “Amar es entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacerle feliz. Qué lindo es vivir para amar, que bueno es tener para dar, dar alegría, felicidad, darse uno mismo eso es amar”.
¡Feliz día de San Valentín para todos!
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On Feb. 14 we celebrate Saint Valentine’s Day, whom, according to tradition, was a priest who lived in Rome in the 3rd century. Legend tells us Saint Valentine was imprisoned and executed for giving the sacrament of marriage to Christian couples and for helping Christians persecuted by Emperor Claudius.
We celebrate Valentine’s Day by sending flowers, cards and gifts to our loved ones, or maybe we go for a walk or dinner with our significant other. All this is good and fine, but what do we do the rest of the year? How do we show love the rest of the time?
To answer these questions, we must first have a clear notion of what love is and what it is not. In his first letter to the Corinthians, St. Paul clarifies the definition of love when he tells us “love is patient and kind.” St. Paul also points out that love is not jealous, does not seek its own interests, does not rejoice over wrongdoing but rejoices with the truth. Finally, he reminds us that love believes all things, hopes all things and endures all things.
Jesus himself commands us to love each other as He has loved us, and reminds us that there is no greater love than to give our lives for our friends.
The key to showing our love for our loved ones, friends and even strangers, is to constantly give our lives for them. Somehow we can say that life is represented by the amount of time we spend on earth, by the number of years that we live; so when we patiently dedicate part of our time to others in a selfless way, we are loving in the manner that St. Paul describes and that Jesus himself commands us.
In our archdiocese we are blessed with volunteers who for five years have given their time to prepare Hispanic couples who want to enter the sacrament of marriage through the marriage preparation retreat “Camino del Matrimonio” (Way of Marriage). These volunteers or modern “Valentines” are a model of God’s love applied to a concrete reality.
There is a famous hymn that condenses the teachings of Christ and could be loosely translated as “To love is to surrender, forgetting about yourself, looking at what can bring joy to others. How beautiful it is to live to love, how wonderful it is to have in order to give, to give joy, happiness, to give yourself to others, that is love.”
Happy Valentine’s Day everyone!
— Deacon Hector J. Donastorg is the Director of Hispanic Ministry for the Archdiocese of Mobile. He may be emailed at [email protected]